La política turística se constituye en un cuerpo teórico que tiene su origen y fundamento en la política económica. El turismo no es una política propiamente tal, dado que no existe: a) un proceso de producción turística y b) un producto turístico; sino que existen varios procesos productivos que participan en la producción del turismo.

​

La política turística, a fin de cuentas, deriva de la política económica general, extraída de la política sectorial.

​

Los objetivos de la política turística son numerosos y divergentes para cada zona, región o país, además que van a depender de los productos existentes y de las motivaciones y directrices de las autoridades responsables de institucionalizar la política turística. Sin embargo, existen ciertos objetivos esenciales que se encuentran detrás de toda política turística de Estado, los cuales pueden resumirse en: propiciar el crecimiento de la renta nacional, generar empleo, aumentar los ingresos de divisas y progresar en el desarrollo y equilibrios regionales.

​

Las circunstancias de cada territorio priorizarán preferentemente una serie de objetivos, siendo habitual encontrar un énfasis especial en la creación de empleo como fin esencial de la política turística.